La Agromática
y El Aprendizaje Significativo
Santiago de Cali, 17 de mayo.
Por una zona montañosa de
Florencia, Caquetá, justo en la ye que forman los ríos el Caraño y Hacha , está
la Institución Educativa Rural Avenida El Caraño; escuela donde Luis E. Ramírez,
el único profesor colombiano nominado al Globlar Teacher Prize 2019, realizó un
proyecto de aula que combinó tecnología y agricultura. Se llama Agromática y
hoy él está a tres metros desde donde estoy sentada contando a un auditorio que
esta palabra se refiere a la integración de saberes tecnológicos y saberes del
campo.
Comienza contando que quiso sistematizar
una experiencia de aprendizaje significativo, el cual implicara romper el
problema de paradigma, o, en otras palabras, que solucionara las deficiencias
del aula relacionadas a la incapacidad del sistema educativo y de los
profesores para entender que la civilización ha cambiado, y que los estudiantes
hoy no son los mismos, ni las mismas, de hace años atrás. Para ese rompimiento,
afirma, la educación debe ser adaptada a
los contextos, pues al integrar los temas, saberes o prácticas que los
estudiantes saben hacer y donde se sienten más cómodos y con más experticia que
el docente, se permite que los estudiantes se apropien de su clase. En el caso
de la escuela Avenida El Caraño, los alumnos y alumnas conocen el campo y por ahí
comenzó Ramírez a engancharlos: “eso es lo que ellos saben y lo que yo no sé.
Aprender a cultivar, ellos saben. Y de tecnología, yo sé” (2019).
La fase teórica y metodológica
del proyecto comenzó con Leonardo Da Vinci y algunas fases suyas que describen
un proceso de aprendizaje creativo y eficaz. En primer lugar, está la Curiositá, que se refiere a la imparable
curiosidad. En segundo lugar, está la Dimostrazione,
la cual menciona que la investigación y búsqueda de conocimiento debe ser
persistente. En tercer lugar, está la Sensazione,
en donde se recomienda amplificar la percepción sensorial y la perspectiva
desde la cual significamos o abordamos un problema. La cuarta fase se refiere
al Sfumato, en la cual la duda y la
incertidumbre se presentan, y, por tanto, parece entorpecerse el proceso de
aprendizaje. Sobre éste, menciona Ramírez que es un momento importante para
retomar los tres puntos anteriores y agrega que, uno de los problemas de la
investigación en Colombia, es pretender hacerse con la solución en la mano. La
última fase del profeso es el Arte-Scienza
que, como su nombre lo expone, busca equilibrar ambas áreas, la lógica y la
imaginación.
Su búsqueda siguió en el Ministerio
de Educación. Ramírez encontró que, para éste, una experiencia significativa es
un programa, cuyo fin es propiciar ese aprendizaje. Para ello sugiere que ese
programa debe integrar innovación, contexto, una fuerte fundamentación teórica y metodológica, impacto y evaluación. No
obstante, la innovación a la que apela MinEducación, dice Ramírez, no se refiere
a “llegar y meter” la tecnología en la clase, como pretende venderse la
innovación en Colombia; sino a problematizarse
el aula para mejorar la experiencia dentro de ella de forma efectiva. Recalca
también que el aprendizaje significativo que propone MinEducación exige un
maestro o maestra que atienda las necesidades del contexto, lo cual requiere
una identificación, adaptación o solución a las necesidades de sus estudiantes
y a las causas de ellas. Asimismo, enfatiza en la búsqueda de fundamentación
teórica y metodológica, y explica que el programa debe generar un impacto
positivo en la calidad de vida de los estudiantes y su entorno, y un
mejoramiento continuo de los agentes activos del aula, profesor y alumno, a
través de la evaluación y la autoevaluación.
Comenta que en el desarrollo del proyecto Agromática, cuando
buscaba integrar contexto, halló que la principal problemática del joven rural
es la deprivación sociocultural, o, en sus palabras, la exclusión laboral a la que
está predestinado el joven del campo debido a la criminalización de la práctica
agropecuaria y la falta de innovación en
las prácticas pedagógicas: “O sigue estudiando, que es difícil, o trabaja en el
campo o en la ciudad, pero allá accede a trabajos de bajas competencias”
(2019), explica Ramírez.
Posteriormente, el profesor indagó
cómo abordar su problema de contexto y encontró que, para resolverlos, MINTIC
sugiere cerrar la brecha campo-ciudad, MinEducacón, por su parte, dice que debe
impulsarse el regreso al campo, Minagricultura que éste debe hacerse atractivo para
la juventud, Colciencias que debe investigarse, y MinAmbiente que, debido a la ganadería
extensiva y cultivos no productivos, la solución es volver a los cultivos
productos. Teniendo esto en cuenta, Ramírez expresó que “hay que ser generadores de cambio.
Por eso este proyecto quisó mostrar un tercer camino: el emprendimiento”. Y con
esto último pareció referirse a impacto,
uno de los requisitos de MinEducación para que se produzca un aprendizaje
significativo. Cabe mencionar que el proyecto
también se apoyó en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), los cuales fueron
sugeridos por el profesor si se quiere apuntar a unos premios como el Global
Teacher Prize.
Lo siguiente fue un punto de inflexión importante en
el proyecto: tras preguntarse si el aprendizaje es para o con los estudiantes,
decide aprender lo que los alumnos sabían hacer: el trabajo en el campo, y, a
partir de ahí, selecciona toda su fundamentación teórica: el constructivismo social, el aprendizaje colaborativo y el aprendizaje
basado en proyectos. Ramírez comenta que este último fue tomado desde Gómez,
quien sugiere aplicar investigación como didáctica en el proceso educativo, utilizando
los proyectos productivos de la misma institución y la estrategia pedagógica ABP
argumentada por la misma autora, la cual se refiere a la transversalización de
un tema por diferentes áreas de conocimiento. Así, Ramírez introdujo el método
científico basado en el falsacionismo de Popper a este proyecto de aula. Por
otro lado, explicó brevemente que usó un concepto llamado Transposición
didáctica, en donde, tras reconocer que el maestro no debe hablar a los y las
estudiantes en sus términos, se cuestiona cómo debe hacer éste para retomar lo
que sirve del saber y convertirlo en algo que pueda enseñarse.
Posterior
a todo esta selección y búsqueda de su bagaje teórico y metodológico, comenzó a
planear las actividades. Lo primero fue que los estudiantes
realizarán “preguntas tontas con respuestas científico-técnicas”, este es el
nombre que el profesor Ramírez dio a la actividad. En ella, comenta, se les
pedía a los niños y niñas formular interrogantes alrededor de su objeto de
estudio, el campo, y las respondían con varias hipótesis, de las cuales una era
escogida para atravesar la fase de experimentación, la cual, relata el
profesor, fue de prueba y error. Las
TIC se integraron al desarrollo de los proyectos, así, por ejemplo, los
análisis estocásticos, la graficación, la simulación y la modelación se hicieron
por medio de ellas. Otras tecnologías permitieron la realización de inventos
como una sirena que, con su sonido, advirtiera los crecimientos del río y un
medidor de oxígeno para hojas.
Al final de la conferencia el profesor Luis Ramírez mencionó
que la evaluación la hizo, muchas veces, a través del propio discurso del niño o de la niña y de su
producto, en donde se denotaba la apropiación de conceptos y procedimientos.
También recalcó que los profesores y profesoras no deben abandonar la parte
socioafectiva de sus estudiantes.
Ahora bien, me interesa analizar el planteamiento del proyecto
que construye el profesor, el cual parece ser coherente el Modelo educativo
TPACK, en el cual se proponen formas eficaces para integrar las TIC al aula. Justo
como propone este modelo, identifico en el proyecto Agromática unas decisiones
de tipo disciplinares, pedagógicas y tecnológicas. Las primeras, que se refieren a la definición de los
temas y los objetivos, no las nombra en su conferencia, pero puede deducirse su
existencia a partir del enfoque que le da a su proyecto, el campo, y de su
fundamentación teórica como la persecución de los ODS y las guías que ofrecen
los Ministerios para la resolución del problema de la deprivación. En ese
sentido, por ejemplo, un objetivo de Agromática pudo ser convertir las labores del campo en prácticas más atractivas a través de
la problematización y experimentación de soluciones propuestas por el propio
alumno. Por otro lado, las decisiones pedagógicas, que se refieren a la
planeación de las actividades y de la evaluación, y a la definición del rol
docente y del estudiante, fueron más explícitas en su conferencia que las
decisiones de tipo disciplinar, y
parecen guardar estrecha relación con la teoría y la metodología que selecciona
Ramírez: por ejemplo, la primera actividad, en donde se le pide al estudiante
estructurar cualquier preguntar sobre el campo, está vinculada con la fase
davinciana Curiositá. También, el
falsacionismo popperiano se expresa a través de la propuesta de probar las
actividades para desfalcar las hipótesis.
El aprendizaje por proyectos se evidencia en las decisiones pedagógicas,
pues las actividades integran los siguientes elementos que esta estrategia plantea:
problemas del mundo real, un contenido directamente observable en su entorno, un
producto tangible que pueda ser compartido, conexiones entre lo académico, la
vida y las competencias laborales. Y es que en efecto, los estudiantes realizan
la mayoría del tiempo sus clases fuera del aula, en contacto directo con sus
objetos de estudio, resolviendo problemas que les son interés, como el ejemplo del
alumno que quiso conocer por qué se dañó el cacao que su familia sembró y para
ello creo un medidor de oxígeno para hojas. Adicionalmente, en el modo de
evaluar se refleja la línea constructivista del profesor Ramírez, quien evalúa
en el discurso de los estudiantes sus ideas y conceptos nuevos, teniendo en
cuenta los conocimientos previos de éstos, que fueron expuestos en la primera
actividad cuando los niños y niñas lanzaron sus propias hipótesis. Las
decisiones tecnológicas de Ramírez, por su parte, parecen integrarse a las
necesidades disciplinares y pedagógicas, justo como lo plantea el modelo TPACK.
Por último, argumento, a la luz del modelo SAMR, que el proyecto
Agromática se ubica en el componente de Modificación, pues las actividades que
proponen la modelación y la simulación con TIC, no solo permitirían mejorar los
tiempos de enseñanza o posibilitarían un mejor seguimiento de los procedimientos
de los estudiantes por parte del profesor, sino que, además, permitirían visualizar
y ajustar virtualmente los prototipos que planean materializarse, reduciendo
así el margen de error y un mayor uso de recursos.
Referencias
López, J. C (2015). SAMR, modelo para integrar las TIC en
procesos educativo. EDUTEKA. Tomado de: http://eduteka.icesi.edu.co/articulos/samr
Northwest Regional Educational Laboratory (2006). Aprendizaje
por Proyectos. EDUTEKA. Tomado de: http://www.eduteka.org/articulos/aprendizaje-por-proyectos
Portal Educativo
Classmatic (2013). ¿Qué es el modelo TPACK? Archivo de vídeo. Tomado de:
https://youtu.be/A3ulligrny8
Ramírez, L. (2019).
Conferencia Agromática, estrategia educativa de éxito en Colombia. Universidad Icesi,
Cali.